sábado, 27 de febrero de 2010

Fra Angélico

Fra Angélico es el nombre con el que se conoce a Guido (o Guidolino) di Pietro da Mugello, pintor italiano que compaginó su vida de fraile dominico con la de pintor religioso.

En 1407 Fra Angélico entró en el convento de los dominicos de Fiesole, donde tomó el nombre de Fra Giovanni de Fiesole. Considerado discípulo de Lorenzo Monaco, pintor que conreó el estilo gótico internacional, hacia el 1438 empezó a decorar el convento de San Marco, en Florencia. En 1447 se fue a Roma, donde inició la decoración de la capilla de Nicolás V, en el Vaticano. Del 1448 al 1450 fue prior del convento de Fiesole, aunque continuó trabajando como pintor en Florencia y Roma.

Fraile antes que pintor, Fra Angélico represento el enlace con el gótico en Florencia. Su sentido curvilíneo y sus colores dorados recuerdan el estilo internacional y a la escuela de Siena. Pero la concepción que tiene del volumen expresa la irrupción de un nuevo elemento en la pintura.


Sus obras, hechas en colaboración con sus discípulos, a menudo frailes compañeros suyos, se basaban en esquemas miniaturistas heredados de su maestro Lorenzo Monaco, lo que hace de Fra Angélico un artista de fondo medieval. Incluso así, su ideología se expresaba con un lenguaje pictórico moderno, que encontró en la pintura revolucionaria de Masaccio.

Es el pintor de las Anunciaciones (una de ellas se encuentra en el Museo del Prado), donde despliega su dulzura y su temperamento tranquilo. Pai
sajes, líneas y colores muestran el mismo equilibrio. Dedicó una gran parte de su vida artística a decorar con frescos las celas del convento de San Marco, donde vivió y donde ahora, convertido en el Museo dell’Angelico se conservan la mayor parte de sus obras. Allí se encuentran obras pintadas sobre madera y una serie de frescos (1438-1477) con escenas de la vida de Cristo.


Entre los numerosos discípulos de Fra Angélico destaca Benozzo Gozzoli.

Algunas obras:

La anunciación





viernes, 26 de febrero de 2010

Ghiberti

Nació en Florencia, Italia. Escultor durante la transición entre el período Gótico y el Renacimiento. Orfebre de escuela florentina, Ghiberti junto a otros maestros destacados de la época, como Brunelleschi, fueron pioneros en la renovación del arte italiano. Aunque en sus obras se ve con claridad la presencia del estilo Gótico también se puede observar que sus trabajos están dotados de alta perfección. Ghiberti esculpe aplicando técnica impecable y gusto refinado. Esto se transformó en referente de calidad para los artistas del Renacimiento que le siguieron.


Su obra más famosa corresponde al tallado en bronce de dos puertas de iglesia. En ellas ('Las Puertas del Paraíso'), Ghiberti nos deslumbra hasta hoy con el perfeccionismo de sus lineas y la expresión que consigue dar a cada una de las figuras que talla.

Algunas obras:

Juan el Bautista

San Mateo

Fra Filippo Lippi



A los 15 años Fra Filippo Lippi quedó huérfano e ingresó en el convento del Carmine de Florencia, posiblemente para salir del paso ya que no tenía ninguna vocación religiosa. Masaccio y Masolino iniciaron la decoración de la capilla Brancacci de esa iglesia en 1424, sintiéndose el joven fraile atraído por la pintura, posiblemente sirviendo como ayudante al propio Masaccio, cuyo estilo admiró y continuó. La documentación menciona por primera vez a Fra Filippo como pintor en 1430, fechándose su primer trabajo en 1432. Dos años después abandona Florencia para trasladarse a Padua, desapareciendo las obras que allí ejecutó. En 1437 está de nuevo en Florencia, sustituyendo la dependencia de Masaccio por la escultura donatelliana y la pintura flamenca, trabajando en un estilo delicado y naturalista. Su época de madurez está caracterizada por las transparencias, que aumentan la elegancia de sus obras.



A partir de 1452 está trabajando en los frescos de la capilla mayor de la catedral de Prato, empezando sus problemas con la justicia. En 1450 había sido enjuiciado por un fraude y en 1456 raptó a la monja Lucrecia Buti de un convento de Prato del que había sido nombrado capellán. Gracias a la familia Médici, Fra Filippo consiguió una dispensa del papa Pío II para casarse con Lucrecia, con quien tuvo un hijo, también pintor llamado Filippino Lippi, viviendo como legítimos esposos. En 1464 no había acabado la serie de frescos y era el maestro de un fructífero taller al que acudió Botticelli para iniciar su formación. Su último trabajo fueron los frescos de la catedral de Spoleto, que no pudo acabar ya que la enfermedad le debilitó profundamente desde 1466. La mayor aportación de Fra Filippo a la pintura quattrocentista florentina será un mayor acento profano respecto a las obras de Masaccio o Fra Angelico que le sirvieron de inspiración, haciendo de nexo con la generación posterior.


Algunas de sus obras:
Banquete de Herodes (1460-64)


Virgen con Niño y dos ángeles (h. 1445)

Cimabue



Giovanni Cimabue (Cenni di Pepo) fue un pintor, arquitecto y mosaísta nacido en Florencia (1240-1302) que desarrolló su obra a fines del siglo XIII.

Sus primeros trabajos están realizados a la manera greca (influencia del bizantinismo) utilizando el temple, con fondo dorado (como en los iconos). En sus obras, se aprecia un rígido estatismo.
Posteriormente Cimabue viajó a Roma (1272) donde tomó contacto con el mundo clásico, paleocristiano y románico. Además, conoció a Pietro Cavallini. Todo ello influyó en él para liberarlo de los cánones y maneras bizantinas. Es, entonces, cuando la obra de Cimabue viró hacia una cierta búsqueda de naturalismo. Se le considera un importante pintor pre- giottesco.

Sus principales obras son el Cristo crucificado. Es una pintura sobre tabla hecha al temple. Aparece la sensación de volumen gracias al sombreado. Otra de sus obras es la Madonna en el Trono, donde la Virgen aparece flanqueada por ángeles.

Cristo Crucificado

Madonna en el Trono

miércoles, 24 de febrero de 2010

Botticelli


Sandro Botticelli es el sobrenombre con el que es conocido Alessandro di Mariano Filipepi, pintor, dibujante y grabador italiano del Renacimiento.

Tuvo su vida poco relieve, comparada con la de sus grandes contemporáneos. Invitado a pintar en la Capilla Sixtina, conoció a Leonardo de Vinci en el taller de Verrochio y quedó influido por Girolamo Savonarola. Los sermones apocalípticos de este monje benedictino, que predicaba contra las obras de arte pagano y propugnaba la utilización del arte como instrumento teológico, hicieron mella en Botticelli. Hasta tal punto que llegó a quemar algunas de sus obras paganas. Fue a partir de entonces cuando la obra de Botticelli sufrió un cambio radical: abandonó definitivamente los temas mitológicos y se dedicó en cuerpo y alma a la producción de obras
de contenido religioso.


Según palabras de Salomón Reinach, sin ser, ni pretender serlo, un colorista, Botticelli realzaba con el color el “trémolo” continuo y contagioso de sus líneas. Cuando su labor es tan admirable como en La Primavera de la Academia de Florencia, ofrece la más perfecta expresión de lo humano y la quintaesencia de la distinción florentina.

Sus cuadros religiosos, por el estilo libre, fluido y algo sensual, se distinguen poco de aquellos en que trataba temas profanos: sorprende la semejanza de recursos y sensibilidad existente en la Virgen y Venus, o entre los Ángeles religiosos y las Gracias profanas. Se distinguen sus obras por las calidades líricas de la línea y el color, y por un equilibrio casi perfecto entre las figuras y los objetos. Tal se advierte en su famoso cuadro El nacimiento de Venus, donde logra un obsesionante efecto circular gracias a la redondez de los hombros de la figura neoclásica central, los vestidos agitados por el viento en algunas figuras y la concha circular de la que surge Venus.

Por encargo de la familia Médicis trazó este gran pintor las ilustraciones para la Divina Comedia de Dante, lo cual ha permitido decir a Walter Pater que había sido necesario esperar al siglo XV y a la colaboración de Botticelli, para que Dante pudiera tener ilustrada tan magnífica obra.

Botticelli produjo, además de las obras pictóricas citadas, Magnificat, Judit y San Agustín, hoy en Florencia; y la titulada Retrato de una joven, en Washington.



Magnificat
San AgustinJudith

Donatello, (Donato di Betto Bardi)


Nació en Florencia, Italia, en el 1386 y murió en el 1466. Escultor célebre, preferentemente de temas religiosos, considerado el máximo exponente de su disciplina en el Renacimiento italiano. Donatello sentó bases claras respecto a la escultura renacentista y fue el estilo a seguir de todos los escultores posteriores a él. De raíz clásica romana, dejó un legado magnífico puesto que sus obras fueron realizadas utilizando una vasta gama de materiales y técnicas, las que dominó a la perfección. Contemporáneo del gran escultor y también innovador Della Robbia, la historia situa a Donatello sobre este, y se basa en el aporte realizado al movimiento de renovación artística que desterró los estilos medievales. Prolífico como el solo, el inigualable Donatello dejó un legado de, piezas de estilo original, que hasta su aparición nadie había creado. Esculpe, talla y graba utilizando marmol, metal, madera, terracota y piedras nobles.

Algunas obras:San Marcos, Florencia
Madonna, Florencia
San Rossore

martes, 23 de febrero de 2010

Brunelleschi




Nacido en Florencia en 1377 y muerto en 1445, Brunelleschi era arquitecto y escultor italiano. Fue el arquitecto italiano más famoso del siglo XV y, con Alberti, Donatello y Masaccio, uno de los creadores del estilo renacentista. Se formó como escultor y orfebre e inició su carrera en el ámbito de la escultura. No es de extrañar, por tanto, que participara en el concurso para la realización de las puertas del baptisterio de Florencia en 1401, certamen en el que quedó segundo, después de Ghiberti. Se dice que su decepción por este relativo fracaso fue tal que en lo sucesivo decidió dedicarse casi exclusivamente a la arquitectura.
Sus profundos conocimientos matemáticos y su entusiasmo por esta ciencia le facilitaron el camino, además de llevarle al descubrimiento de la perspectiva, la clave del arte del Renacimiento. A Brunelleschi se debe, de hecho, la formulación de las leyes de la perspectiva central, tal como afirma Alberti en su famoso tratado Della pintura.

Pequeño video con vistas del Duomo de Brunelleschi en Florencia.

Pero en su época, su fama estuvo asociada, sobre todo, a la cúpula de la catedral de su ciudad natal, Florencia, ya que sus conocimientos de ingeniería le permitieron solventar los problemas, en apariencia insolubles, de la construcción de dicha cúpula, por lo que sus conciudadanos lo reverenciaron. De hecho, en la actualidad la cúpula continúa siendo su obra más admirada.

A partir de los monumentos clásicos y de las realizaciones del románico toscano, creó un estilo arquitectónico muy personal, en el que desempeñan un papel fundamental las matemáticas, las proporciones y los juegos de perspectiva. En todos los edificios que llevan su firma, las partes se relacionan entre sí y con el todo mediante fórmulas matemáticas, de manera que, por ejemplo, una sección es la mitad o la cuarta parte del todo, etc.

También entran en juego las combinaciones de diferentes figuras geométricas (cuadrado, círculo, triángulo), ya que para Brunelleschi, como buen renacentista, la estética no era un juego de azar sino el resultado de la correcta aplicación de una serie de leyes preestablecidas. Precisamente por ello, sus edificios no son aptos para suscitar emociones sino para intentar comprender fría y racionalmente las leyes que el artista quiso plasmar a través de sus realizaciones.

Su arquitectura elegante y moderadamente ornamental queda compendiada a la perfección en dos espléndidas creaciones: la capilla Pazzi y la Sacristía Vieja de San Lorenzo. Son dos obras de planta central, basadas en la armonía visual y en la alternancia, característica del artista, entre arenisca gris y estuco blanco. Pese a la importancia de su figura, la influencia de Brunelleschi en las generaciones posteriores fue muy limitada. Sin embargo, quien sin duda se inspiró de algún modo en él para sus realizaciones arquitectónicas fue Miguel Ángel.

Capilla Pizzi



Sacristía Vieja de San Lorenzo